El ser humano es social por naturaleza. Como casi cualquier animal, también se reúne en grupos para buscar supervivencia, ayuda, control. Pero también para desarrollar toda una cultura, que es lo que nos hace especiales como especies. Lo que nos hace distintos y lleva nuestra inteligencia a un nuevo nivel. Tal vez la humanidad, así en general, no sea vista con muy buenos ojos últimamente, pero incluso el más misántropo de los seres humanos necesita la compañía de otros.
Y es que la vida se basa, en buena manera, en aprender a relacionarnos con los demás, en desenvolvernos en situaciones sociales, para conseguir trabajo, para encontrar amigos o pareja, para conseguir apoyo emocional. Desde el saludo al vecino por la mañana hasta la última publicación de Facebook, incluyendo nuestra forma de andar en la calle o tratar a ese camarero que nos sirve la comida. Todo lo que hacemos manda un mensaje, y por eso, lo mejor es saber qué mensaje estamos mandando y como mandarlo de la manera más apropiada.
Comunicación
La comunicación es básica para los seres humanos, y no nos referimos solo a la hablada o escrita, sino también al lenguaje no verbal, a los gestos, a las señas. Debemos ser conscientes de que lo que nuestro cuerpo dice puede no ser lo mismo que lo que dicen nuestras palabras. Cuidar esos gestos, ser amables, acompañar todo lo que decimos de gestos relajados, sin sacarnos de quicio, es una buena forma de comunicarnos mejor. Por supuesto, el respeto siempre tiene que estar en todo lo demás en la comunicación. Las formas son tan importantes como el fondo, y la manera en la que nos expresemos también contará, por supuesto, sabiendo cómo adaptarnos a cada situación y a cada contexto.
Empatía
Es la aptitud básica para poder comunicarnos bien con los demás, para saber escuchar y lograr ponernos en su lugar. De eso va la empatía, de hecho. De ser capaces de comprender a otra persona, incluso cuando no estemos en su misma situación, o ni siquiera comulguemos con sus mismas ideas. La empatía amplía nuestra percepción del mundo y nos permite llegar mucho más allá en nuestros sentimientos y calibrar mejor nuestras emociones. La empatía sirve también para conocer a la persona que tenemos delante, para saber lo que nos quiere decir más allá de lo que nos está diciendo. Con gestos, con su forma de hablar, con su lenguaje no verbal. La empatía es imprescindible para llegar a conectar de verdad con cualquier otro ser humano.
Resolver conflictos
Los conflictos existen, y no hay más que ver las noticias cada día para entenderlos. Hay quienes los buscan, quienes se aprovechan de ellos, porque a río revuelto ganancia de pescadores, o porque así son capaces de medrar mucho mejor. Hay quien los elude, quien pasa totalmente de enfrentamientos, quien prefiere no dejarse llevar por el conflicto y lo deja de lado. Sin embargo, eso puede ser muy perjudicial en muchas ocasiones porque nos hace más débiles, al no ser capaz de gestionar emociones intensas y enfrentarnos a retos complicados. Resolver conflictos desde la empatía pero sobre todo desde la lógica nos hará ser mejores personas y entablar mejores relaciones con los demás.
Paciencia
A veces es muy complicado tenerla, sobre todo con ciertas personas, pero la paciencia es imprescindible para poder mantener relaciones efectivas con los demás. La paciencia nos ayuda a darle tiempo a la otra persona para explicarse, para mostrarse como es. Nos hace menos ansiosos y nos ayuda a saber esperar, a concentrarnos en lo que está más allá de lo inmediato. La paciencia también es una virtud muy valiosa en determinados momentos donde todos los demás parecen estar perdiendo la calma, porque pone ese punto tranquilizador y lógico. La paciencia, hasta cierto punto, es necesaria en las relaciones humanas. Pero también hay que saber cuando gastar esa paciencia con otra persona o en otro proyecto.
Tolerancia
Nadie va a ser cien por cien tolerante jamás. Todos tenemos nuestros pequeños vicios, nuestras ideas bien formadas, y el ser humano, por simple instinto de protección y de pensar que lo suyo es lo mejor, será intolerante por naturaleza. Pero con el tiempo, gracias a la empatía y a la comunicación, vamos aprendiendo cada vez más y vamos entendiendo lo que significa la tolerancia, el comprender a los demás sin estar de acuerdo con ellos, el dejarles expresarse, el hacer cosas distintas y sentir que no tienen por qué ser peores que las cosas que nosotros hacemos. La tolerancia también es importante con personas que no son precisamente tolerantes, o empática, o educadas, pero hay que saber, como todo lo demás, donde poner el límite.
