Mucho se está discutiendo en los últimos tiempos sobre lo bueno o lo malo de tener a los niños siempre haciendo cosas. Primero en clases, luego por la tarde los deberes y todas las actividades extraescolares que tienen, que no les dejan tiempo para jugar… Hay opiniones para todos los gustos, desde los que piensan que se les ponen demasiadas trabas para ser tan jóvenes, y que eso hace imposible que disfruten realmente de su edad, hasta los que piensan que los niños son inagotables y que necesitan soltar toda esa energía que tienen en este tipo de actividades. Además, pueden ser una buena forma de conocer a nuevos amigos.
Y es que este tipo de actividades, fuera de su horario y del centro escolar, representan algo distinto a lo que son las clases. Esos compañeros a los que ya tienen bastante vistos, a los que ya conocen de sobra, para bien y para mal. Por eso también viene bien sacarles de ese ambiente, para que conozcan a gente nueva, para que disfruten con otros amiguitos, para que se desenvuelvan en entornos distintos. Y no hay nada mejor que estas actividades que les harán igualmente encontrar una pasión, sea la que sea, que tal vez pueda acompañarles de por vida o convertirse, quien sabe, en su forma de vivir.
Actividades deportivas para niños
Es una de las formas más habituales de incluir a los más pequeños en este tipo de extraescolares, a través del deporte. Al ser una actividad que necesita de mucha energía, es perfecta para los niños, porque además también se alejan del tan temido sedentarismo y aprenden lo que es trabajar en equipo, el dulce sabor de la victoria y la amargura de la derrota, por supuesto. Además, con tantos deportes como hay, las opciones son casi infinitas, y seguro que encontramos alguna que contente a nuestro pequeño. Es una de las mejores alternativas para mantenerlos sanos, fuertes y animados, con todos los nuevos amigos que conocerán.
Teatro y otras actividades artísticas
Si nuestro pequeño muestra aptitudes más artísticas que deportivas también podemos optar por incluirle en clases de pintura, música o teatro. Son clases que además, les permiten expresar cosas que llevan dentro, aprendiendo a hacerlo de una manera artística y hermosa. La expresividad, la forma de comunicarse a través del arte, el quitarse de encima complejos y miedos, inseguridades y demás, para ser capaz, por ejemplo, de aparecer en la obra teatral de con un papel protagonista… Todo ello les ayudará a ganar más confianza en sí mismo, así como a hacer buenos amigos, claro está.
Jugar en el parque, ideal para hacer nuevos amigos
Tal vez lo único que un niño necesita para hacer amigos sea jugar, así que esa también es una buena opción. Nada de clases especiales, simplemente llevarlo al parque para que pueda jugar allí con otros niños, con sus juguetes o simplemente a divertirse corriendo, saltando y soltando toda esa energía que tiene. Incluso cuando le hemos apuntado a cualquier otra actividad, eso de llevarle al parque suele ser también una buena alternativa, una de las mejores de hecho, no solo para cambiar de aires, sino por supuesto, también para que se encuentre cómodo rodeado de otras personas y disfrute de un poco de aire fresco.
Clases de idiomas
Pueden ser también una gran alternativa para nuestros pequeños, puesto que este tipo de clases les ayudan no solo a aprender mejor un idioma que probablemente vayan a necesitar el día de mañana, sino también a conocer a gente nueva y a deshacerse de sus propios miedos e inseguridades a la hora de hablar en público, por ejemplo. Son muchos los estudios que afirman que la niñez es la mejor etapa para aprender un nuevo idioma, y que gracias a eso, los niños pueden ser incluso más inteligentes, porque desarrollan y asimilan mucho mejor la información que les llega, con una mayor capacidad de razonamiento.
La importancia de que nuestros hijos se relacionen con otros niños
Todas estas actividades sirven para mantenerles entretenidos, para que gasten su energía, pero sobre todo, para que conozcan a otros niños y puedan relacionarse con ellos. La importancia de esto es capital puesto que sin esas relaciones, los niños no serán tan hábiles a la hora de crear vínculos con otras personas, más allá de su propia familia. Eso es algo muy necesario porque deben aprender a defenderse socialmente y a poder estar con otros niños disfrutando y jugando, incluso enfrentándose a ciertas situaciones conflictivas, entendiendo por ejemplo que no todo el mundo va a tratarles como lo hacen sus padres y a sumiendo eso. Esas relaciones se cuajan mucho mejor entre juegos.